Tranquilidad absoluta. Es lo que transmiten los profesionales consultados que trabajan "a pie de tubo", es decir con aparatos de instalaciones radiactivas o radiológicas.
José Manuel Izcue Argandoña, de 48 años y de Pamplona, es TER (técnico especialista en diagnóstico por imagen). "La gente está muy concienciada con lo que está pasando y hace preguntas. Yo, en mi trabajo, me siento muy seguro", añade.
Izcue se encarga, por ejemplo, de controlar una vez por semana todas las instalaciones donde hay aparatos de radiación. Para ello, utiliza un detector de contaminación similar a los que se han visto estos días en muchas ocasiones por la televisión. "Hacemos controles de calidad, pruebas de afectación, de constancia y de referencia. Vamos con equipos de medida, cámaras de dosimetría... Estamos tan acostumbrados a trabajar con los electrones y el átomo que lo que ocurre ahora es como si fuese algo más de nuestro trabajo", añade.
Todas las personas que trabajan en este campo conocen el principio ALARA. "Es el primer enunciado de cualquier real decreto o protocolo: dosis tan bajas como razonablemente sea posible", indica Izcue.
Los aparatos no tienen radiación, recuerda. "La generamos nosotros. Es como la luz. Si la apagas, ya no hay más", dice. Y destaca también el examen físico anual al que se someten. "Son análisis que miden el tiroides, entre otras cosas. Así que estás muy controlado".
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