Lo más nuevo en oncología, la medicina personalizada, se ha unido a lo más tradicional, la quimioterapia, para ofrecer un tratamiento dirigido que permita actuar más agresivamente en el tratamiento de un tipo de cáncer de mama con muy pocos efectos secundarios. Esta mezcla revolucionaria, como la ha calificado esta mañana Miguel Martín, jefe de Oncología del hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente del Grupo de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), sirve para tratar a personas con un tipo de cáncer de mama muy especial: las que tienen sobreexpresada una proteína en la superficie de las células, el HER2, pero que ya han fracasado con las demás alternativas terapéuticas existentes.
El medicamento Kadcyla combina dos productos en uno: por un lado, el trastuzumab, el primer tratamiento personalizado para cáncer de mama (comercializado como Herceptin), al que se le ha añadido un potente quimioterápico, el DM-1 (Emtansina), ha explicado Joan Albanell, jefe de Oncología del Hospital del Mar de Barcelona. La unión permite lo que se considera un hito: dirigir la quimioterapia solo a las células cancerosas, con lo que aumenta la supervivencia de las pacientes y, además, se reducen muchísimo los efectos secundarios.
La clave del producto, de Roche, está en el brazo que une ambos compuestos. Este tenía que ser lo suficientemente resistente como para aguantar los ataques de enzimas y otros factores mientras circula por el flujo sanguíneo, pero vulnerable a los ataques dentro de las células cancerosas, ha dicho Albanell. Así se consigue que el componente inmunoterápico (el trastuzumab) lleve la quimioterapia hasta las células alteradas y solo hasta ellas, que son las que tienen el exceso de receptores. Pero, al entrar en ellas, el fármaco introduce también la quimioterapia, que se libera y destruye desde dentro el tumor. Este método le ha merecido el apodo del caballo de Troya de la oncología, ha indicado Albanell.
FUENTE: El País
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