No es un sistema sencillo ni barato. Para instalar una resonancia dentro del quirófano hay que empezar por reformar la propia zona quirúrgica. "Hay que hacer un quirófano completamente nuevo, instalar tuberías especiales, tomas eléctricas protegidas, apantallamiento de la habitación, etc. El quirófano pasa a convertirse en un cubo metálico y cerrado", explica Francisco Trujillo, neurocirujano de la USP Clínica Sagrado Corazón de Sevilla, el centro que ha apostado por esta tecnología y que ha supuesto una inversión de 1,3 millones de euros.
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